Llegó la hora de realizar la edición de la entrevista a Garbiel Montero, la cual había transcripto totalmente en crudo previamente, lo cual, como ya mencioné en la entrada anterior, fue un trabajo arduo y tedioso.
Sinceramente, esta segunda etapa tampoco fue nada de mi agrado, ya que realmente había muchísimas cosas para corregir. El lenguaje utilizado por el entrevistado era extremadamente coloquial, por lo que tuve que reformular la gran mayoría de las respuestas para que quedaran bien en la presentación final. Asimismo, fue necesario estar muy atento a toda la puntuación y ortografía, cuestión para nada menor.
Realicé el proceso, y me encontré con la sorpresa de que prácticamente no tuve que eliminar preguntas (o mejor dicho, respuestas) para poder disminuir la extensión final, sino que simplemente con la reformulación de las mismas pude reducir dos carillas sin tipo de inconveniente.
Así se completó la edición, que incluyó cambios de formato, inclución de material extra, un título, un copete y una introducción, por lo que está lista para ser entregada. Toda una experiencia siguiendo este simulacro de pseudo-periodista.
domingo, 13 de abril de 2008
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