Si hay algo distinto en el cuento respecto de otros géneros literarios que estuvimos estudiando es lo ficcional del mismo; es decir, la capacidad de poder abstraerse de la realidad y desarrollar historias o cuestiones que otras producciones no nos dan la posibilidad. La idea de dar "pase libre a la imaginación" es tan estimulante como heterogéneo y complejo su resultado...
"Cada vez que comienza, uno olvida que el cuento, si su existencia está justificada, lleve en sí ya su forma perfecta y que sólo hay que esperar a que se vislumbre alguna vez en ese comienzo indeciso, su invisible pero tal vez inevitable final". Esto nos expresa Piglia en su tésis sobre el cuento, y resume bastante el espíritu del mismo o más bien el estado del autor a la hora de encarar su escritura. Es como soltar algo y que se eche a andar por sí sólo, aunque sabemos que en algún momento, debe caerse; lo que nos atrapa, está en el cómo se cae, es decir, en ese final.
Esto es algo que Piglia da a entender en su texto; si un cuento termina mal, probablemente, (como le pareció a la tía de Flannery O`connor) carezca de atracción. Es que "los finales son formas de hallarle sentido a la experiencia".
Sin embargo, los matices recorridos durante todo el transcurso de la producción, considero yo que son los verdaderos productos o reflejos de la capacidad de imaginación y de escritura de un autor. Es decir, lo que el final determina, es probablemente más el tipo de lector (por su reacción) que el tipo de autor, mientras que el desarrollo viceversa. Esto parte de la subjetividad de las interpretaciones que cada uno le dé, y principalmente, qué es lo que cada uno busca a la hora de leer un cuento. Lo que para el autor es el cierre perfecto o tal vez lógico para su historia, es algo para determinado lector no constituye más que una simple desilución. Se podría decir que un alto porcentaje de los lectores serían entonces "resultadistas", por así decirlo. La excelencia está en el equilibrio entre ambas lecturas.
Lo que a mí me interesa, por ejemplo, es ir entendiendo todos los procesos que se dan en el desarrollo, porque "una historia se puede contar de manera distinta, pero siempre hay un doble movimiento, algo incomprensible que sucede y está oculto". Ese lado oculto, si lo buscamos, nos dará probablamente, la llave para entender el descenlace. Sino probablemente, nos quedaremos entreverados entre historias, que tanto atraen, porque tanto nos confunden... La clave es el escape, el meterse en una historia... el pensar en nada, y pensar en todo. Al menos, eso siempre espero al leer una historia.
viernes, 30 de mayo de 2008
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1 comentario:
Tomaste interesantes ideas de "Nuevas tesis sobe el cuento", ¿cómo lo relacionás con el primer texto de Piglia, "Tesis sobre el cuento" y su hipótesis de que "todo cuento cuenta dos historias?
saludos,
Celia
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